DETROIT -- En todos sus años como encargado del mantenimiento del
terreno de juego del estadio de los Medias Blancas de Chicago, Roger
Bossard nunca se encontró con semejantes condiciones.
La nieve que se apila en el U.S. Cellular Field no es el gran
problema. Después de todo, se trata de Chicago. Pero el hielo en el
terreno mismo es lo que causa el dolor de cabeza.
Con el fin de tenerlo listo para el primer juego de la temporada
regular, Bossard dirige una tarea que se puede describir como estar
empleando una gigantesca secadora de pelo bajo una lona para que el aire
caliente entre y derrita el hielo. Cuadrillas de empleados trabajan a
destajo cerca de la raya del jardín derecho, despejando con palas el
hielo acumulado.
Restan menos de dos semanas para el partido inaugural.
"Se puede decir que me ha tocado la tormenta perfecta", dijo Bossard.
"Llevó 45 años en esto y he visto mucha nieve. Eso es lo de menos... el
problema serio es la escarcha que se solidificó. Nunca me había tocado
una situación con 30 pulgadas (75 centímetros) de escarcha.
La situación es similar en otros estadios de las Grandes Ligas, con
los empleados de mantenimiento trabajando contrarreloj para tener sus
parques listos, luego de meses de nevadas y temperaturas bajo cero que
dejaron los campos en condiciones dignas para la práctica del esquí de
fondo que para fildear pelotas de béisbol.
Como los Medias Blancas, los Tigres de Detroit tienen previsto abrir
su temporada el 31 de marzo, día con 13 juegos. Los Mellizos de
Minnesota, que durante muchos años fueron anfitriones bajo techo en el
Metrodome, están despejando la nieve en el Target Field. Tienen hasta el
7 de abril antes de su primer duelo en casa.
Incluso estadios en ciudades más al sur de Estados Unidos se han visto afectados.
"No fue común la precipitación de nieve que tuvimos este invierno",
dijo Nicole McFadyen, la encargada de mantenimiento del terreno del
Camden Yards de Baltimore. Por suerte, la nieve se está derritiendo
debido a que la reflexión del sol está calentando al estadio.
Baltimore recibió 26 pulgadas (66 centímetros) de nieve entre
diciembre y enero, según los reportes de las autoridades federales. Fue
un incremento de un 50% con respecto a lo que se acumula en un invierno
normal. Pero eso no fue nada al compararlo con otras ciudades. Chicago
recibió 66 pulgadas 66 (167 centímetros). En Detroit cayeron 78 pulgadas
78 (198 centímetros). A lo largo de tres meses, Boston acumuló 56
pulgadas 56 (142 centímetros) y en Boston cayeron 65 (165).
Lo peor en cuanto a clima gélido pudo haber pasado, pero el
pronóstico para el día inaugural no es alentador. Entre el 26 de marzo y
1 de abril, hay posibilidades de temperaturas congelantes en la zona
oriental del país, sobre todo cerca de los Grandes Lagos.
Por lo pronto hay que seguir despejando la nieve y falta poco tiempo.
"Estamos contra la pared", dijo Bossard, quien calcula que sus
cuadrillas de empleados removieron más de 400 toneladas de nieve durante
el pasado fin de semana.
Las máquinas barredoras de nieve pueden ayudar a agilizar la tarea,
pero es una operación delicada debido al riesgo de dañar el terreno.

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