Este lanzador de Maryland estaba súper confiado de su repertorio. Es bueno tener seguridad en uno mismo, pero a veces, también es bueno hacer caso a los compañeros. El pitcher en cuestión no aprueba para nada las señas de su catcher, es más, hace una mueca de incredulidad y luego le pasa esto.
En el mundo de las Pequeñas Ligas se ven estas y otras cosas. Las emociones son más intensas incluso que en los juegos de los mayores. También es una etapa de aprendizaje, y estamos seguros que este lanzador jamás volverá a subestimar a ningún contrario. Aquí vamos a ver que también hay grandes jugadas en este nivel que sin duda es más apasionante que técnico.
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